No siempre es bueno que te nominen para un premio. A veces, de
hecho, significa que estás muerto.
Los premios Darwin son un premio de broma que dan a personas
que han muerto de una forma tonta, o bien que continúen con vida pero que hayan
perdido la capacidad de dejar descendencia.
El nombre de los “premios” viene del autor de la teoría de
la evolución por selección natural, Charles Darwin, quien estableció que en la
naturaleza sobrevive el que está mejor adaptado al entorno.
No es que sobreviva el más fuerte, pero en este caso, no
sobrevive el más “idiota”. Esa es la palabra.
Los premios Darwin se crearon en 1985, y con la
generalización del uso de internet, han ido teniendo más fama año a año. Y de
hecho, se otorgan varios cada año.
Si bien en algunos casos puede deberse a un descuido (uno de
los ganadores de 1987 fue un paracaidista al que se le olvidó ponerse el paracaídas
para saltar), en general lo van buscando, como por ejemplo, uno de los
ganadores de 2001, quien se puso a hacer malabarismos con granadas de mano.
Se pueden encontrar fácilmente en Internet una gran cantidad
de muertes absurdas, merecedoras sin duda de un premio Darwin (o, al menos, que
deberían ser candidatos). Así que prefiero hacer una reflexión sobre el uso del
móvil y las redes sociales.
Mucha gente ha muerto por culpa del teléfono móvil. Uno de
los accidentes más frecuentes es caer por un acantilado al retroceder para
buscar la mejor toma para un selfie. O bien, por hacerse una foto en un lugar
poco apropiado: hace unos años, dos chicas en México se estaban haciendo una
foto en la pista de aterrizaje de un aeródromo, cuando aterrizó una avioneta y
las decapitó.
O, por poner otro ejemplo reciente y llamativo, en julio de
2018, un multimillonario chino trepó un muro para hacer unas fotos, pero debido
al impulso, cayó por el otro lado, desde una altura de 15 metros.
También en 2018, un taxista en la India se quiso hacer un
selfie con un oso, pero al animal no le gusta salir en las fotos y no se lo
tomó muy bien.
También se hizo famoso el caso del “youtuber” que buscaba
seguidores haciendo que su novia le disparara en el pecho. Según él, el libro
que tenía bajo la camisa detendría la bala. Pues hala: él al hoyo, y ella, a la
cárcel.
O los retos virales de internet, para que la gente se grabe
haciéndolos y subirlos a sus redes sociales. Algunos son inofensivos (tontos, pero inofensivos), pero
otros ya son más peligrosos. Basta con añadir la palabra “challenge” (desafío)
para que la gente se vuelva estúpida y haga locuras. Así, tenemos el “fire
challenge” (rociarse con alcohol y prenderse fuego); el “tide pod challenge”
(ponerse en la boca pastillas de detergente); el “hot water challenge” (hervir
agua y echársela por encima); el “flaming cactus challenge” (comer un cactus en
llamas);…
Hay más, pero esto es sólo una muestra del peligro de
internet, donde cualquier tontería consigue millones de seguidores. Ya hay
hasta chistes:
Aunque ese reto ya está de moda en España desde hace años.
Es, claro está, el fenómeno del balconing. Los turistas que beben
demasiado (la mayoría ingleses) piensan que tirarse a la piscina desde un quinto piso, mientras los
amigos lo graban, es divertido. Algunos caen fuera del agua, y no lo cuentan. Así
que tras muchos años de luchar contra esta práctica, algunos ya se han
resignado. Por ello, colocaron carteles en Barcelona incitando a su práctica,
con frases como “el balconing es divertido”, “el balconing mejora la calidad de
vida de los vecinos”, o “el balconing reduce el riesgo de sufrir un ataque al
corazón”
Aunque no siempre el ganador del Premio Darwin termina
falleciendo. En 2005, un joven de Gales apostó a que si su selección ganaba a la
de Inglaterra en un partido de rugby, se cortaría los testículos. Cumplió la apuesta, y,
aunque hijos ya no puede tener, le queda el orgullo de tener un Premio Darwin,
y haber vivido para contarlo.
Y voy a terminar esta entrada con algo de polémica, para reflexionar. En una
ocasión le preguntaron al cómico estadounidense George Carlin (1937-2008)
acerca de la posibilidad de legalizar la marihuana en Estados Unidos. Y
contestó con una frase muy acorde con este tema: “simplemente legalizad todo, y
dejad que Darwin haga el resto”. ¿Tú qué opinas de esto?
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