sábado, 18 de agosto de 2018

La ley de Dolbear

En 1897, el inventor estadounidense Amos Dolbear (en un momento de aburrimiento superlativo, me atrevería a decir), notó que cuanto más calor hace, más rápidamente chirrían los grillos.

Concretamente, estudió el grillo del árbol de la nieve (Oecanthus fultoni). Tras muchas observaciones y escuchas a este grillo, enunció la ley que lleva su nombre.
 

Esta ley expresa la temperatura en grados Fahrenheit, TF, en función del número de chirridos en un minuto, N60, de acuerdo con la fórmula

 
TF = 50 + ((N60-40)/4)

Es decir: se cuentan los chirridos en un minuto y se resta cuarenta. Después se divide el resultado entre 4. Por último, a lo que obtenemos, se le suma 50.
Para calcular la temperatura en grados centígrados, que es la escala utilizada en la mayoría de países, una aproximación es contar los chirridos en 8 segundos, y sumar cinco.

TC 5 + N8

Es una aproximación bastante buena si la temperatura está entre 5 y 30ºC.

El problema es que la especie Oecanthus fultoni vive en Norteamérica. El chirrido del grillo común no nos informa de la temperatura que hay, pero sí lo hace nuestro teléfono móvil. Y además, no molesta por las noches



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